
05 Oct Pausas al hablar en público
Las pausas al hablar en público, su relevancia e influencia.
La herramienta principal y fundamental en todo acto comunicativo es, como ya he comentado en artículos anteriores, la voz.
Su importancia es trascendental para transmitir el mensaje en consonancia a los objetivos
que nos hayamos propuesto conseguir con él. Y es que el buen uso de nuestra voz y la
ejercitación de los músculos de la garganta, van a ser los que nos ayuden a captar la
atención de nuestro público, mantener su interés y conseguir una determinada acción por su
parte.
Es decir, nos va a permitir conseguir cierta influencia y poder con la comunicación de
nuestro discurso.
Para conocer todas las claves del uso de la voz, lee el post La voz en la comunicación y su influencia.
Y es que el buen empleo de la voz nos da la capacidad de elegir el tono adecuado que
enganche a nuestra audiencia, la intención del discurso, el ritmo o el tipo de emoción que
deseemos transmitir con él, entre otras opciones.
Pero para conseguir llegar al objetivo propuesto, es imprescindible conocer la importancia
que tiene algo que se nos suele pasar por alto: las pausas.
El uso de las pausas al hablar en público
Las pausas constituyen un elemento fundamental en el transcurso de cualquier discurso
bien elaborado. Aunque parezca contradictorio, dejar de hablar en determinados momentos
potenciará nuestra voz y le dará poder a la entonación y al volúmen del mensaje.
Además, son una buena manera de controlar nuestra respiración y son las encargadas de
darle el ritmo adecuado al discurso.
Como podemos observar, las pausas cumplen diversas funciones en la transmisión de un
mismo mensaje, por lo que podemos diferenciar cuatro tipos:
– Pausa de transición
Son aquellas que utilizaremos para concluir con una idea y comenzar a hablar de la
siguiente.
Es importante hacer notar este tipo de pausas para darle a entender al público que
hemos terminado cierta parte del discurso y además, permitir que la asimile y
reflexione sobre ella. De esta manera, podrá hacer frente al siguiente punto con un
mayor entendimiento y sin que se produzcan bloqueos.
Las pausas de transición podrán durar unos segundos pero sin llegar a hacerlas
demasiado largas, ya que si bien otorgan diversas ventajas, también nos pueden
llegar a perjudicar dando una sensación de olvido o de poca preparación.
– Pausas de énfasis
Son las que empleamos para darle poder, emoción e intensidad a una afirmación o a
una pregunta. Preceden a dicho tipo de oraciones y también pueden utilizarse para
crear cierta expectación entre la audiencia. Por ello es importante escoger bien las
frases dentro del discurso que van a ir seguidas de las pausas de énfasis, pues
deberán ser las más trascendentes e impactantes.
– Pausas exigidas por las circunstancias
Puede suceder que las circunstancias del ambiente obliguen a interrumpir la
comunicación del discurso. Si se da el caso, la mejor opción es detener la
transmisión del mensaje antes que elevar el tono de voz, pues la audiencia no se
encontrará prestando la máxima atención a nuestro discurso.
– Pausas que invitan a responder
Estas son las que debemos utilizar cuando formulemos una cuestión. Es importante
darle su tiempo a la audiencia para procesar la información, reflexionar y sacar
conclusiones.
Por lo tanto, este tipo de pausas son las que ayudarán e inducirán a los oyentes a
elaborar mentalmente una respuesta a nuestra pregunta. Es por ello que será
necesario que su duración sea la adecuada y suficiente, dependiendo del tipo de
cuestión que hayamos planteado.
Cómo usar bien las pausas en tu discurso
Las pausas son un elemento fundamental en la comunicación del discurso y es importante
que las trabajemos a nuestro favor. Por esta razón, se tendrá que poner especial cuidado en
el cuándo y en el cuánto de cada una.
Este punto es de gran relevancia, pues un mal uso de las pausas u otorgarles una duración
que no les corresponde, puede generar graves consecuencias en la percepción del receptor
hacia nuestra persona y nuestro mensaje, alterando así nuestro poder de influencia y su
capacidad de atención.
De esta forma, las pausas más comunes, utilizadas para separar cada oración del discurso,
suelen tener una duración de entre uno o dos segundos.
Las más dramáticas, es decir, las pausas de énfasis, rondan entre los cuatro y los seis segundos.
Pero, ¡cuidado!
Presta atención a no pasarte en el uso y duración de las pausas al hablar en público, pues una demasiado
larga, puede hacer que el discurso no se perciba natural.
Las pausas más largas son las que tendrán un mayor impacto en la audiencia, y se usan de
manera estratégica para ofrecerle tiempo al oyente de considerar las consecuencias o
alternativas de nuestras declaraciones.
Las pausas al hablar en público: prácticas
Como consejo personal, con el fin de ayudarte a mejorar tus habilidades de comunicación,
te recomiendo intentar eliminar de tu vocabulario las muletillas y los sonidos de relleno entre
oraciones como son el “eeeeh”, “mmm”, “vale”, etc.
En lugar de estos, practica y concéntrate en concluir cada oración de tu discurso con el
silencio. No hace falta que rellenes tu mensaje con palabras o sonidos vacíos, este en sí
mismo es suficiente para calar en tu audiencia
De esta manera, estoy segura de que vas a generar un mayor impacto en tu público y de
que mejorarás tu imagen como comunicador o comunicadora y como persona influyente.
Y es que la razón es muy sencilla, las pausas rellenan, adornan y apoyan a nuestra voz, y
con ella, a las palabras del discurso.
Un ritmo más pausado y tranquilo permite que el público nos perciba como personas que
sabemos de lo que hablamos, que lo entendemos y nos resulta fácil exponer nuestros
conocimientos.
Una vez que hayas comprendido el poder, la importancia y la influencia que generan las
pausas al hablar en público, te invito a que le eches un vistazo a mis cursos de
entrenamiento vocal para trabajar en tus habilidades comunicativas de manera
personalizada y adaptada a ti.